Apocalipsis 1 ¡Jesús es comunicación!

Seguramente usted ya leyó el capítulo 1 y subrayó las palabras y frases que tienen que ver con la comunicación. Tal vez ha realizado algunas preguntas al texto bíblico (esta era la tarea de la semana pasada).

Al iniciar el texto, nos encontramos con que este libro es una revelación de Jesucristo. Aquí la idea es la de correr una cortina, para poder ver al Señor. Nos permite ver al Cordero, Señor de señores y Rey de reyes.

El texto nos aclara que Apocalipsis es una publicación donde Jesús es el centro, y su mensaje viene para aclarar y no para confundir.

Juan Stam ( I: 34*) realiza una sinopsis del libro:

«El libro de Apocalipsis es una joya literaria y espiritual. Por su estructura, es una catedral gótica de multiplicidad en unidad. Es un cántico cósmico, una danza del gozo evangélico. Es una fiesta de imágenes y celebraciones. Es un museo de pinturas surrealistas y una sala sinfónica de conciertos extraordinarios. Es un manual para mártires y un mapa de los caminos históricos del discipulado fiel. Y sobre todo, es en todas sus páginas un retrato del rostro de nuestro amado Señor y Salvador».

Un libro lleno de comunicación

•             Stam (I: 40-41 ) indica: «El Señor usa muchos instrumentos, pero la fuente de esta revelación es Dios mismo y Jesús es a la vez su receptor, transmisor y tema central. Aún cuando los ángeles desempeñan un papel importante en el Apocalipsis, siempre están subordinados a Cristo (ver 19.10 y 22.8). Juan, pastor y visionario de corazón ardiente, fue también siervo del Señor en esta cadena de comunicación. El Dios de gracia no dejará a su pueblo sin la Palabra, mucho menos en su hora de prueba. Todos los recursos de su poder entrarán en acción para orientar y fortalecer a su pueblo».

•             Podemos imaginarnos a los miembros de las iglesias receptoras oyendo la lectura del texto.

•             Revelación de Jesús, el Mesías – para aclarar – la publicó – contó todo lo que vio: ¡La Palabra de Dios, el testimonio de Jesucristo!» (1.1-2). Feliz es el lector y los oyentes y los que guardan (obedecen) estas palabras (1.3).

«Lamentablemente la mayoría de los lectores modernos se acercan al Apocalipsis con muchos presupuestos equivocados que obstaculizan el entendimiento fiel de su mensaje. Muchas veces le hacemos al libro preguntas que el autor y los lectores no planteaban. A menudo insistimos en ver cosas que no están en el texto y, por concentrarnos en esas cosas que creemos ver pero que no están, no percibimos las enseñanzas que sí están escritas» (Stam. I: 17).

Debemos siempre recordar que los oyentes del siglo I y II d.C. podían entender este libro, y ellos eran bienaventurados al escuchar, entender y obedecer este texto (ver Stam. I: 15-17).

•             El libro de Apocalipsis es para leerlo en comunidad, con imaginación y no con un calendario viendo las noticias, encerrados en una oficina.

En todo momento debemos tener presente que esta revelación es un mensaje para todos los tiempos. Ayer, hoy y siempre.

El resto del capítulo

Contiene una bendición, una doxología y una visión de Jesucristo.

Juan se dirige a las 7 iglesias – de parte de Jesucristo, el Testigo fiel – el que nos ama – quién nos ha hecho reyes y sacerdotes – el que viene en las nubes – Yo soy el Alfa y Omega – Yo soy el Todopoderoso (1. 4-8).

•             ( Ver Stam I: 45-61).

Es importante aquí, entender el profundo mensaje centrado en Jesucristo, el «Yo soy» (Jesús Dios Eterno; Jesús el Creador; Jesús como Dios del Antiguo Testamento; Jesús como Salvador encarnado; Jesús el Señor de la historia; Jesús hoy; Jesús mañana; Jesús por siempre).

La descripción nos resulta familiar. Ya habíamos visto en el análisis de Hechos cap. 6, que la palabra «testigo» significa alguien que da testimonio (afirmar haber visto y oído algo), pero también se traduce como mártir. Jesús es Testigo fiel, porque su mensaje es verdadero y porque ha dado su vida por aquellos a quienes ama.

Juan Stam resume esta sección con: ¡Cristo vive y está presente!

•             (ver Stam I: 63-80) 

Aquí en pocos versículos encontramos una magnífica Cristología, plenamente Dios, pero también plenamente hombre.

Aquí Stam señala: «¡Patmos se transforma en templo y monte de transfiguración!»

«El centro del escenario no son los siete candelabros sino una persona «semejante al Hijo del hombre», rodeado de luz y gloria. No podría dársele a Juan una visión más conmovedora y fortalecedora que esta epifanía del Crucificado, a más de setenta años de su muerte, resurrección y ascensión. El cuadro concentra en ese Hijo de hombre los mayores simbolismos de la majestad de Dios. Combina características del Hijo de hombre (Dn. 7. 13), del Anciano de días (Dn. 7. 9-10; 13, 22), y del hombre vestido de lino (Dn. 10. 5-11; 12. 6-7)…» (Stam I: 70).

Juan de Patmos señala diversos elementos de comunicación: voz; ver; apariencia (vestido, túnica, pies, ojos, cabellera, boca, etc.)

La reacción de Juan es la de otros profetas al experimentar una Teofanía (por ej. Isaías, Ezequiel, Daniel, y los discípulos en el monte de la Transfiguración). También aquí es importante que cada lector del libro tenga un encuentro personal con el Señor de la Gloria.

Por su parte Juan recibe un mensaje lleno de ternura de parte de Jesús: «No tengas miedo. Yo soy el Primero y el Último, y el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del infierno» (1.17-18).

Stam termina esta sección aclarando que la finalidad principal de esta visión es afirmar la vocación profética de Juan: «Escribe lo que has visto».

Momento para entregarte algunas tareas:

•             En una hoja en blanco anota cuáles son las cosas más importantes que has visto en el capítulo 1 de Ap.

•             Anota también cómo aplicarás en tu vida la comunicación del capítulo 1 de Ap.

•             Lee y subraya las palabras y frases relacionadas con la comunicación de Apocalipsis cap. 2

•             Redacta algunas preguntas importantes al capítulo 2 de Ap.

•             Juan Stam indica: «Que este comentario no sea para los lectores una experiencia teórica, sino que de repente se vuelva una nueva vivencia del libro mismo y un nuevo encuentro con «el que está sentado en el trono y el Cordero». Que la experiencia de estudiar este comentario no se reduzca meramente a leer una serie de explicaciones, sino que signifique volver a encontrarnos con Juan de Patmos a los pies del Hijo de hombre y escuchar juntos «lo que el Espíritu dice a las iglesias» (Stam I: 11)

•             *El material que utilizamos es: Stam, Juan. «Comentario Bíblico Iberoamericano- Apocalípsis» Tomos I (1999), II (2003), III (2009) y IV (2014). Ediciones Kairós; Buenos Aires, Argentina.

Desde ya bendiciones y ¡hasta la próxima!

  • Wolfgang A. Streich

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