¿Alguna vez has llegado a un punto en tu vida en que la promesa de Dios parece muerta: cuando le pides a Dios algo una y otra vez, tal vez durante muchos años, y ahora parece imposible que cumpla su palabra? 

Estas son algunas de las situaciones más difíciles de enfrentar en la vida. Es entonces cuando tu fe está realmente probada. Algunas personas renuncian a Dios. Para otras, su decepción marca el resto de sus vidas.

Pero es cuando la promesa muere que Dios hace su mejor trabajo. 

Ocurrió cuando Lázaro murió y María había perdido la esperanza de que Jesús viniera y lo resucitara. Ocurrió cuando la mujer con hemorragias había gastado toda su vida después de doce años, y se curó al tocar a Jesús. Ocurrió cuando Abraham y Sara eran tan viejos que sus cuerpos estaban “como muertos”, que Jesús les dio un hijo. Ocurrió cuando Jesús de Nazaret estuvo acostado en la tumba por tres noches, y resucitó en victoria.

Esto significa que el momento en el que deberíamos esperar más de Dios es cuando parece que tenemos menos, en la hora más oscura, cuando la esperanza parece haberse ido. Cuando estamos más tentados de dejarlo ir es cuando deberíamos aferrarnos más firmemente.

Cuando las promesas parecen muertas, Dios cumple su promesa.

¿Por qué es que Dios a menudo espera hasta que la promesa parezca muerta antes de resolver el problema? Creo que hay varias razones.

Lo primero que debes decir es que, aunque la promesa pueda parecerte muerta, nunca lo será para Dios. Él siempre cumple su palabra.

Si Dios cumpliera sus promesas cuando las quisiéramos cumplir, y de la manera en que las queríamos cumplir, ¡entonces qué desastre sería nuestra vida! Por lo general, lo que queremos no es lo que Dios quiere, y nuestro tiempo no es su tiempo.

Dios siempre cumple cuando la promesa muere, para que podamos saber que él es Dios. De lo contrario, atribuiríamos lo que sucedió a las circunstancias, a la buena suerte o incluso a nuestra propia inteligencia y habilidades.

Y hay otra razón por la que Dios hace su mejor trabajo cuando la promesa parece muerta, es porque de lo contrario, ¿cómo aprenderíamos a confiar en él? El propósito de Dios es guiarte a través de la vida para que crezcas en la fe y en la fortaleza espiritual. El crecimiento siempre implica decisiones difíciles y desafíos difíciles. Dios tiene la intención de enseñarnos que la persona más fuerte no es la que no tiene nada en qué apoyarse, sino la que se apoya en Dios.

Y una cosa que Dios nunca hará es llevarte a un punto más allá de tu capacidad para resistir:

Todo lo que necesitas recordar es que Dios nunca te fallará; nunca dejará que te empujen más allá de tu límite; él siempre estará allí para ayudarte a salir adelante (1 Corintios 10.13, MSG).

Cuando la promesa parezca muerta, tendrás que decidir si dependerás de la promesa o si confiarás en Dios. Y si confías en él, encontrarás que es cuando la promesa parece muerta, que Dios cumple su promesa.

•              Eliezer Gonzalez


Red Buenas Noticias Ilimitadas – La Noticia viaja rápidamente – Comparte la noticia – #redBnil