No me avergüenzo del evangelio de Cristo, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree… Porque no hay distinción… porque el mismo Señor de todos, es rico para con todos los que lo invocan. – Romanos 1:16; 10:12, NVI

La religión de muchas personas es como un dolor de cabeza: no tienen deseos de perder la cabeza, pero les duele conservarla. Esto lleva a la pregunta: ¿Es el cristianismo difícil o fácil? O dicho de otra manera: ¿la salvación depende principalmente de la acción de Dios o de la mía?

La palabra evangelio significa “buenas noticias”, pero el cristianismo no sería una buena noticia si aquellos con discapacidades debido a la herencia y el medio ambiente no pudieran ser salvos.

Las Escrituras, sin embargo, prometen que a través del Evangelio “el débil… será como David” (Zacarías 12:8). De todos los que finalmente serán salvos estará escrito que “de debilidad fueron fortalecidos” (Hebreos 11:34).

Nuestra salvación depende más de Dios que de nosotros, porque la Biblia enfatiza que todos, cualquiera que sea su temperamento o ventajas naturales, son impotentes por sí mismos para vivir una vida justa.

Porque la mente carnal es enemistad contra Dios: porque no está sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede estarlo. Romanos 8:7, NVI

Para animar a todos los que toman conciencia de su debilidad está escrito que,

Lo necio del mundo ha escogido Dios,… lo débil del mundo… y lo vil del mundo, y lo despreciado. 1 Corintios 1:27,28, NVI

El cielo es para todo aquel que cree.

–Desmond Ford

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