Al que salga victorioso, le daré el derecho a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios (Apocalipsis 2. 7).

En numerosas ocasiones, las Escrituras se refieren a la Cruz como un árbol. Esto es muy apropiado ya que los árboles proporcionan alimento y refugio; son lugares de descanso y belleza, y tienen, en sí mismos, la semilla de una vida continua. De todas estas maneras, todo buen árbol apunta a la Cruz de Cristo.

Con respecto al árbol de la vida en el Paraíso y al árbol del Calvario, encontramos que están ubicados «en medio» (Génesis 2. 9; Juan 19. 18; Apocalipsis 1. 13; 5. 6; 22. 2). Por esta frase se nos recuerda la centralidad de Cristo y su sacrificio. El Salvador en el Calvario se interpone entre Dios y el hombre, entre el Padre y el Espíritu, entre la vida y la muerte, entre el tiempo y la eternidad, la ley y la gracia, el juicio y la misericordia.

El árbol de la vida en medio del paraíso también simbolizaba su cruz, ya que encontrar a Cristo como sacrificio es encontrar el paraíso. Solo si podemos mantenerlo en el centro de todas las creencias y prácticas, todo puede estar bien.

Mientras un ladrón que robaba el árbol en el Edén fue expulsado del Paraíso, a otro ladrón, milenios después, se le prometió la entrada al Paraíso porque participó del segundo árbol.

El Calvario ha transformado el árbol del conocimiento del bien y del mal en un árbol de la vida para todos los que creen.

– Desmond Ford

Es maravilloso ver cómo toda la Escritura, correctamente entendida, nos señala de una forma u otra al Calvario. Acabamos de ver cómo el Árbol de la Vida en el Jardín del Edén nos señala la Cruz de Jesús. Seleccione otro símbolo o evento del Antiguo Testamento y reserve un tiempo esta semana para estudiar cómo señala a la Cruz.


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