“Dios hizo que el que no tuvo pecado fuera pecado por nosotros, para que en él podamos llegar a ser la justicia de Dios” (2 Corintios 5. 21, NVI).

Hay una pregunta vital para todos nosotros. ¿Cómo puede un hombre reconciliarse con Dios?

La buena noticia para hoy, amigos míos, la buena noticia ilimitada es que la confesión del problema real puede resultar en un descubrimiento inmediato de la curación. Cada persona necesitada puede ser sorprendida por la alegría. El énfasis del Nuevo Testamento es que el Hacedor del hombre, consciente del dilema humano, ya ha intervenido para resolverlo. Este es el significado de la cruz. Las Escrituras declaran a los hombres culpables que Él, quien es legislador y juez, ha vivido tu vida y murió tu muerte para que, a cambio, podamos ser acreditados con su vida y su justicia.

La Escritura dice que uno ha muerto por todos; por lo tanto, todos han muerto. Y si alguien está en Cristo, es una nueva creación, porque lo viejo ha pasado y he aquí que lo nuevo ha llegado. Todo esto es de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo. Por nuestro bien, Él (Dios) lo hizo (a Cristo) pecado, quien no conoció pecado para que en Él podamos llegar a ser la justicia de Dios. 2 Cor. 5. 21.

En el Calvario, nuevamente sin nuestra participación personal, fuimos redimidos por el segundo Adán. Como Adán representó a la raza en el Edén, también Cristo, el segundo Adán, representó a la humanidad en la cruz.

– Desmod Ford

Saber que Cristo se convirtió en pecado para que puedas llegar a ser justo de Dios, ¿cuál es tu respuesta?

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