Zacarías 3.1

Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle.

EN ESTA PARTE del Antiguo Testamento encontramos un cuadro maravilloso de lo que sucede en el juicio final. Recuerda que en la Biblia hay muchas historias sobre el juicio, y todas son diferentes. Cada una de ellas está diseñada para enseñarnos parte de la verdad. Esta historia es probablemente la que mejor nos puede ayudar a comprender cómo es que Jesús nos defiende de las acusaciones de Satanás y nos hace justos ante Dios.

Hay tres personajes en esta corte: el defensor, el ángel de Jehová (también llamado Jehová y que representa a Jesús), el acusador Satanás y Josué el sumo sacerdote que está en el banquillo y representa al pecador de todos los tiempos.

Inmediatamente, Jesús desafía a Satanás sobre su derecho a estar allí. ‘¿No es este un tizón arrebatado del incendio?’ Se nos dice que Josué lleva vestiduras viles, y estas representan su vida pecaminosa y su falta de justicia. Pero también dice que él está de pie delante del ángel, y allí con Jesús está a salvo.

Entonces Jesús ordena que se le quiten las vestiduras sucias, lo que simboliza que su maldad ha sido quitada. A Josué se le promete una nueva muda de ropa. Y en seguida le colocan una mitra de sacerdote limpia sobre su cabeza y le ponen una muda de ropa para cubrirlo. Se dice que Jesús todavía está en pie, y hace una promesa de pacto con Josué de estar siempre con él.

Lo que es tan fascinante aquí es que Satanás está allí para oponerse a Jesús, pero no dice ni una sola palabra. Jesús está tan ocupado redimiendo a Josué, que Satanás no tiene nada que decir.

Esta es una historia llena de símbolos, y lo puedes percibir porque el ángel de Jehová parece ser Jesús y, sin embargo, el ángel predice su propio futuro. Ten en cuenta que dice: ‘He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo’, que se refiere a la futura venida del Mesías. Pero cuando se cuentan historias se puede hacer este tipo de giros y no debería molestarnos. En cambio, debemos preguntarnos cuáles son las
grandes ideas que está enseñando la historia.

El creyente, representado por el sacerdote, lleva vestiduras viles, que simbolizan la falta de justicia. Satanás está allí para aponerse a Jesús y para acusar a Josué, pero después de todas sus malas acciones, las acusaciones del diablo desaparecen.

Josué era un creyente, un hombre justo, pero a pesar de eso, sus ropas seguían siendo vestiduras viles. Solo Jesús podía ofrecerle algo para cubrir sus pecados. Y solo podía hacerlo porque iba a morir por sus pecados en la cruz. Jesús va a vivir una vida justa y tendrá una muerte expiatoria en favor de la raza humana.

Este capítulo se escribió antes de que Jesús naciera como hombre en la tierra, pero es una imagen clara de cuál sería la obra principal de Cristo cuando creciera. Él estaría en el negocio de salvar personas. Este capítulo también muestra que la cruz trabaja hacia atrás para cubrir a todos los que han vivido.

Esta justicia no se la ofrece solo a Josué. Se la ofrece al más pequeño de los hijos de Dios. Te la ofrece a ti y a mí. Puedes sentir que no importa mucho en un mundo lleno de millones de personas. Puedes pensar que no es muy importante. Puede que te sientas un gran pecador. Puede que hayas sufrido tanto abuso que te cueste confiar. Pero a los ojos de Dios todos somos sus hijos y cada uno tiene un valor eterno. Él anhela salvarte.

Cuando Satanás te tiente a pensar que no podrás pasar el juicio de Dios al final de los tiempos, anímate con esta historia. Satanás podría decirte: ‘Mira a Josué, no tiene justicia, está vestido con ropas sucias’. Y Satanás tendría razón. Pero Jesús interviene y dice: ‘Calla, Josué es mío. Morí por él. Déjalo en paz’.
Podemos tener esta seguridad todos los días.