Por este evangelio eres salvo… Porque lo que recibí te lo transmití como de primera importancia: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras (1 Corintios 15. 2–4).

Cuando visito el supermercado, trato de comprar alimentos con menos aditivos. Ya sabes: ¡todos esos números en la lista de ingredientes! Cuantos más aditivos veo en la lista, más me hace pensar que hay algo mal con ese producto.
 


Es lo mismo con el Evangelio. Para empezar fue simple. Jesús resucitó de la tumba, y luego les dijo a sus seguidores que compartieran las buenas nuevas con todos: que había muerto por el perdón de los pecados del mundo, para que todos los que creyeran en él vivieran para siempre. Y su resurrección fue el factor decisivo: ¡la prueba!

El Evangelio significa «Buenas Nuevas», y las Buenas Nuevas del Salvador crucificado y resucitado siguen siendo tan simples y poderosas como siempre.

El Evangelio no es, en esencia, una agenda social, una comunidad o un buen consejo para vivir. Todas esas cosas son algunos de los resultados del Evangelio, pero ninguna de ellas puede salvarte. No son las buenas noticias. En caso de que te lo hayas perdido, aquí está:
 


Porque Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna – Juan 3.16.

Ahora ¡que son buenas noticias!

– Eliezer Gonzalez

Aquí hay una manera de celebrar y compartir las Buenas Nuevas. Escribe Juan 3. 16 en pedazos separados de papel de nota decorados. Ahora compre algunos globos de helio y envíelos con tus mensajes adjuntos. ¿Quién sabe dónde aterrizarán?

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